En mi anterior trabajo tuve que aprender que hay dos formas penadas de discriminar a las personas con discapacidad. La discriminación directa y la indirecta. La primera sería que le negase la entrada a la librería a una persona sorda, por ejemplo, por ser sorda y la segunda que yo no hiciera un rebaje en la puerta, por lo que no podrían entrar las personas con movilidad reducida. Yo no se lo prohíbo, pero no pongo los medios para que entren. Ayer me vino esto a la cabeza después de ver «Una cuestión de género» («On the basis of sex») y repasar que la legislación española vigente ya no discrimina directamente a las mujeres, lo que hace el estado es discriminarnos indirectamente, con leyes diseñadas desde un punto de vista antropocéntrico, nos obligan a entregar nuestros hijos e hijas a nuestros maltratadores, dejan en la calle a nuestros violadores, no castigan que se pague más a un hombre en un mismo puesto de trabajo, etc. No se prohíben derechos a las mujeres, pero tampoco se ponen los medios para alcanzar la igualdad. Denunciar todo ello es feminismo y lo contrario es machismo. O peleas contra lo anterior para conseguir una sociedad igualitaria o no y esta librera eligió bando hace años. El 8 de marzo nos vemos en la calle.
Para ver el programa de marzo, pincha en el cartel.
Foto cabecera de David Lagerlof. En ella vemos a Tess Asplund enfrentándose a neonazis en una manifestación por el 1º de mayo de 2016 en Borlange, Suecia.
Brillante. Me ha gustado mucho lo leído. Gracias
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Difícil decirlo más claro. Me ha gustado tu opinión.
Un abrazo
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Lo suscribo de principio a fin. Eres una mujer valiente, y perdón por la redundancia.
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