Lo más fascinante de esta novela de 1938 es contemplar cómo va calando, empapando cual bayeta el fascismo en las aulas y las mentes de los retoños del futuro Tercer Reich. Cómo se autocensura el maestro protagonista, cómo es consciente de que los nuevos principios educativos los sueltan por la radio a grito pelado. En ese contexto sitúa Horváth la historia de un maestro que asiste al crecimiento de una juventud sin ética alguna. Para ello la trama incluye asesinato y proceso judicial. La culpa es el gran subtema del libro y el principal lo recoge el título con primor: Horvath denunciaba el abandono de los valores cristianos en una sociedad que se paralizaba ya entonces por el cumpleaños de quien llama «plebeyo supremo». Los alemanes ya tenían nuevo dios al que adorar, así que los nazis tuvieron que prohibir este libro. Motivo suficiente para leerlo. Otro día comentamos las cositas vigentes que podría esconder. Interesantísimo.
Recomendación: a gustosos de novela situada en auge del fascismo alemán.
Foto cabecera: launion.com.mx
Me lo apunto,creo que me va a resultar interesante, y en la época que nos está tocando vivir…,seguro que hay más de una lección que aprender.
Petonets
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