Shaun Tan tiene tanto arte dentro que le sobran las palabras, esas con y contra las que luchan tantos escritores a lo largo de sus vidas. El arte que Tan despliega en esta JOYA ABSOLUTA DE LA NOVELA GRÁFICA contiene una mezcla perfecta de virtuosismo pictórico, imaginación, delicadeza y dominio completo del lenguaje corporal y expresión facial. El tema principal de la emigración queda universalizado al tocar, en un canon perfecto, sus teclas principales: la motivación (guerras, hambre, persecuciones ideológicas…-ay, esa chica que huye con un libro en la mano-), los problemas de comunicación (sencillamente sublime el cómo refleja la barrera del idioma) y la búsqueda de trabajo y pan. Pero queda lo bueno. Shaun enfoca con objetivo de pez y la solidaridad, la empatía y la ternura son los brazos que nos llevan a la pura emoción. Pocas veces digo esto. La ocasión lo merece: esta debería ser una lectura obligatoria. El libro sin palabras de los que no tienen voz.

Recomendación: Para todo el planeta.