Obra teatral de la ama de la barraca negra que aún metiéndose entre bastidores y tramoyas consigue pegarte ese sopapo final aunque tú andes oyendo campanas sin saber exactamente dónde y creyéndote el Sherlock del lugar. Típico planteamiento de «encerrona» (véase título, aunque lo toma prestado de Shakespeare) no en una habitación sino en una casa de huéspedes incomunicada por una tormenta de nieve con un puñado de personajes aptos todos para ser el asesino. El mayor logro está precisamente en el hábitat natural de su autora: la trama criminal. Ha caído en media hora y he matado dos pájaros de un tiro: disfrutar una obra teatral de Christie y compartir lectura de evaluación con mi hijo, así podemos comentar la jugada.
Recomendación: a gustosos de género negro, fanáticos de la dama del crimen y a quien quiera pasar un rato bien entretenido.