El librero de Katakrak me dijo que este también era un peso pesado de la novela gráfica cuando le pedí ayuda para regalarle algo con fundamento a mi contrario. A su vez mi contrario me recomendó leerlo y aquí estoy en mi particular senda de iniciación al género, con una novela antibelicista, escrita en registro coloquial, que se concentra en contarnos la carnicería del ’14 cuando, cambiando algún topónimo y alguna fecha, serviría para denunciar cualquier sarao bélico de primer orden. No es Maus, ni quiere serlo, es un alegato con imágenes -a ratos impresionantes- contra la estulticia humana.
Recomendación: a gustosos de novela gráfica antibelicista o histórica centrada en la Primera Guerra Mundial.
NOTA DE PRÉSTAMO: qué bien que está en casa.


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