
Debemos regocijarnos por el día en el que Marina Sáez decidió apuntarse a natación y entró en contacto con un grupo de yayas que hacían aguagim en la misma piscina. El microcosmos del centro de natación alberga una comunidad de mujeres mayores que han dado para un cómic y podría haber sido una saga. Lo que más hace disfrutar este libro es, en primer lugar, el humor; y en segundo, el cariño. La mirada de Sáez rezuma cariño mientras repasa la vida cotidiana de unas mujeres y sus circunstancias a las que termina por dibujar un precioso homenaje.
Recomendación a gustosas de historias de mujeres, feminismo, edadismo y gimnasia en el agua.
Foto de cabecera: Agus Izquierdo para el ara.cat


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