De esta novelita noir nos ha gustado más el camino que la meta porque la forma es original (consigue verosimilitud, juega incluso con la disposición espacial del texto para cambiar líneas de narración) y sin embargo el final no nos ha sorprendido (sin saber si ese era el objetivo), así que se nos queda en interesante acompañamiento para la sobremesa estival (son 120 páginas, gente, he dicho «novelita») que arranca cuando un pescador encuentra en una playa británica algo que se convierte en un marrón descomunal.

Recomendación: a interesados en novela negra-noir.

Foto cabecera: Photograph by GL Portrait / Alamy, vía newyorker.com

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