Estas cosas me pasan por elegir el libro para el club de lectura sin haberlo leído. Te la juegas y a veces te sale bien la jugada y otras, como esta, te preguntas qué está pasando en el mundo (editorial), te preguntas por qué este tío ha vendido un millón de ejemplares en Alemania, te preguntas qué les pasa a los alemanes o te preguntas directamente si Seethaler no será, qué sé yo, el Jesús Carrasco versión Deutsche Grammophon con su rompedora historia de un hombre que nace, le cascan, crece, curra, hay aludes, le recrutan, se hace viejo y muere. Un Stoner plano y sin Avellaneda que valga (yo me entiendo). El protagonista presenta las habilidades sociales de un ficus, la historia tiene la emoción de una carrera de limacos y el estilo narrativo podría ser el más sinsorgo de todo Centroeuropa, que ya es decir. Mucho Alpe, eso sí, naturaleza desbordada, un frío de mil puñetas y, el único tema que me ha interesado, la irrupción de esa cosa llamada antaño «progreso» o «industrialización» y que ahora los más listos de la clase llamarían gentrificación alpina-rural-de-todos-los-santos. Desembarco de esquiadores pijos y senderistas con móvil. En todo caso, me da igual. Voy sacando el cuchillo jamonero para despiezarlo el sábado 24 de febrero en el club de lectura deborahdor (19h). Espero que venga alguien a quien le haya gustado para que al menos tengamos en el debate un par de gramos de sangre y rasmia, que será mucho más que las que tiene el librillo este.
Recomendación: a gustosos de historias insulsas, inofensivas, planas.
Foto cabecera by Katja Kuhl.
Deja un comentario