Qué gran idea. A este señor se le ha ocurrido recopilar y analizar con mucho esmero todas las perlas del Cantábrico de un puñado de autoproclamados prohombres –la mayoría son machos, sorry- que pueblan las columnas y tertulias patrias entorno a la política; y como una está guerrera, servidora ha disfrutado a faja quitada de esta pila de boutades y salvajadas históricas varias que sueltan a la buena de Dios esa recua de intelectuales en cuanto les ponen un teclado o un micrófono pagados delante. El libro trata de la impunidad con la que se pasean estas gentes por nuestros medios, que no por destacar en sus ámbitos (literatura, economía, filosofía, etc) necesariamente son, ni mucho menos, enriquecedores e impecables analistas políticos. Deja Sánchez-Cuenca al descubierto las vergüenzas de una opinión pública cuyo espíritu crítico y ausencia de investigación previa son de una desfachatez bochornosa, capaces de soltar verdades axiomáticas sin haber mirado antes un puñetero dato en la Wikipedia o una definición en el DRAE. Por ponerle un pero al autor, me pregunto si los filtros que propone tienen que darse desde los medios, los propios «machos discursivos», los lectores o de todos en forma de paella valenciana. Por lo demás, gracias, hacía falta.
Recomendación: a personal harto de leer barbaridades soltadas en periódicos y tertulias varias.
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