He pasado una sed de tres días en las llanuras, se me ha pelado el culo de cabalgar, he aprendido a desollar bisontes y me he quedado aislado ocho meses en las montañas de Colorado con unas nevadas de cristo-padre-y-muy-señor-nuestro. Había aterrizado en Butcher’s Crossing, pueblucho perdido de cazadores, buscando lo que buscan los jóvenes, ese algo que no se llena ni con whisky, ni vadeando ríos crecidos ni pasando cinco días y sus cinco noches con la puta del pueblo, para terminar con esa sensación de haber vivido toda una vida -todas las vidas- en un solo libro. Pero un libro de John Williams.
Recomendación: a gustosos de novelones de iniciación y, en general, de novelones pata negra.
NOTA DE PRÉSTAMO: No lo tengo pero lo compararé. Y desde ya os digo que lo venderé.
Deja un comentario