No reseño poesía. Expliqué aquí por qué. Esta violación condicionada de mis propios términos se debe a la incomparable edición por parte de Nórdica Libros, con un prólogo que ejerce como tal y te catapulta a los versos siguientes, una versión bilingüe impecable -traducción incluida-, para disfrutar hasta de la sonoridad original y por último, pero no menos importante, unas ilustraciones -lo vamos a nombrar: de Kike de la Rubia- que enamoran al más pasota. Si además descubres, tres, cuatro poemas de los que te hacen pararte en seco y quedarte colgada del último verso, alabada sea la inversión. Este sí vale lo que cuesta. Gracias. Todavía hay editores de verdad. 
Mirad cómo el viento comenzó a mecer la hierba, justo aquí.
Recomendación: a  lectores de poesía. A quien quiera aprender cómo editar. 
NOTA DE PRÉSTAMO: Todavía no me he arrepentido de invertir un céntimo en esta gente. Éste lo guardo en la cabecera de la cama. 

4 respuestas a “El viento comenzó a mecer la hierba, de Emily Dickinson”

  1. Yo he estado a punto de comprármelo en la feria del libro, pero es que se opone a uno de mis principios: no comprar antologías de autores a los que adoro. Aunque igual me lo salto, como tú en esta entrada. Gracias!

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  2. Uy, yo lo recomendaría hasta debajo del agua, pero allá tú… 🙂 ya contarás!!

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  3. Yo abrí una caja del distribuidor y toqué este libro y me dije, me lo compro. Tampoco soy lector de poesía, pero me estremecieron sus poemas. Y qué decir de las ilustraciones… Tu librero.

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  4. Las ilustraciones, tremendas de buenas y los poemas me han gustado, no había leído nada de ella. ¡¡Gracias por pasarte por aquí, librero!!

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